¡Cuánto os envidio, Oh, pobres mortales! Vosotros que sufrís la derrota de la nuestra tan amada selección desde el país natal, donde todo son aires de pesimismo, cabezas gachas y consolaciones mutuas.
No tenéis que vivir la euforia de un país que ayer pareció que había ganado el mundial, no teneis que sufrir los comentarios jocosos de los triunfadores, las sonrisas en sus caras al cruzarse por la calle, sabiendo que tú eres español y ayer te bajaron los humos con humillación. Te preguntan que para cuando la jubilación, que la suya no va a llegar todavía.
Y supongo que nos lo tenemos merecido. Pasamos en 24 horas de ser una pobre y discreta selección a pensar que ganaríamos el mundial sin despeinarnos. Con portadas fanfarronas, titulares chulescos y declaraciones ligeramente prepotentes.
Ellos en cambio, siempre pensaron que lo tendrían bastante difícil para ganar, calladitos y sin hacer ruido. Y al final consiguieron prender la traca mayor.
Sin embargo, todo se contagia, y ya están diciendo que ganará el mundial, sin recordar el 75% de los partidos que han jugado.
Es lo que tiene el ilusionarse tanto, que después el chasco es mucho mayor. Nos repetimos que jamás en la vida volveremos a entusiasmarnos tanto… hasta Sudáfrica 2010.
Por cierto, para la próxima vez... el himno rival no se abuchea, marea roja.
¿A por ellos? Ellos vinieron a por nosotros… y pasaron por encima.
Habrá que creer…
Hace 11 años
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