viernes, 23 de junio de 2006

España, los tontos y otros animales

España tiene una ligera tendencia a ensalzar a los tontos. Y los ensalza por el hecho de ser tontos, como si hacerlo es ir a la moda.

El último ejemplo lo tenemos en El Koala (con lo bonito y tierno que es este animal…). Un buen hombre del Sur que hace años grabó un disco y que se dedica a las labores del campo, y que de la noche a la mañana ha sido asaltado por el éxito y la fama. Esa fama le ha venido, no por su calidad musical, sino porque sus letras, que es, grosso modo, su forma de hablar, son consideradas de cazurros.

El reírse de la forma de hablar de alguien es grave, pero reírse y cachondearse del acento de un grupo de personas no tiene nombre. A la España bien hablada del centro norte le parece gracioso el acento del sur. Esos hombrecillos de pueblo “más brutos que un arao” (como se suele decir) les llaman la atención, como si fueran una parte mas del turismo rural, tan de moda actualmente.

En televisión, siempre que hay que aportar el punto cómico, aparece el andaluz con sus chistes y sus gracias. Parece que no saben hacerlo de otra forma; perdón, si saben, si no tienen andaluz, llaman al galleguiño o al vasco para hacer un poco el bruto (es curioso que nunca se acuerden del extremeño). Lo cual, normalmente, desata las iras de los aludidos.

Volviendo al tema de los “tontos”, el Koala, lógicamente, está encantado de que le aplaudan y forrándose está (ande yo caliente…). Bien por él. En España somos especialistas en adorar lo estúpido, sobre todo en televisión (véanse la mayoría de concursantes de Gran Hermano o Crónicas Marcianas), aunque la moda suele ser bastante pasajera. En la música tenemos varios ejemplos en los últimos años ¿Alguien se acuerda de Cañita Brava o de Tamara?

Yo veo todo el fenómeno desde fuera y no puedo dejar de sorprenderme. En fin, supongo que es propio del carácter de los españoles, la facilidad de reírse del prójimo, algo que se ha demostrado a lo largo de la historia, y así nos ha ido.

Y que conste que no tengo nada en contra de El Koala, sino más bien de todo lo que se genera a su alrededor (incluida su horripilante, hortera y estremecedora canción del mundial)

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