domingo, 13 de enero de 2008

Cuando un trailer te quita las ganas de ver una película.

El otro día, cuando fui a ver REC (ver crítica en Golfa Sesión), me cabreé pero bien.

Entre la multitud de tráilers de películas chorras y sin interés, me pusieron el de la 1408, film de terror sobre un escritor que se queda encerrado en la habitación (1408) de un hotel. En la taquilla, comentamos que debería estar bien, y que podría estar en la lista de las futuribles.

Un tráiler es una maniobra de marketing para mostrar un anticipo de la película y que a la gente le entre el gusanillo de ir a verla. El problema es cuando ese tráiler es el que te quita las ganas.

¿Y por qué digo eso? Porque el maldito tráiler nos contó toda la película: el inicio (la llegada), la trama (se queda encerrado) y el final (la manera de resolver el misterio). Todo ello aderezado con algunos sustos visuales que ya no serán tales cuando veas la película.

Se ha puesto de moda el hacer tráilers excesivamente largos , que más que avances son resúmenes de la película. Y esto lo único que demuestra es que los responsables son unos chapuceros poco creativos.

En realidad, con el tiempo me estoy volviendo un firme opositor a toda campaña promocional que desvele el más mínimo detalle. Es más, cuanto menos sepamos de su argumento, tanto mejor.

¿Acaso ustedes, queridos lectores, no han visto como alguna película interesante ha sido vilmente destrozada con algún tráiler?


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· Cándida

1 comentario:

  1. El puto trailer de Harry Potter y la Orden del Fenix, que incluso te cuentan quien es la mala de la película.

    ¡Panda de gañanes!

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