martes, 16 de enero de 2007

¿"Usted"? ¿Eso qué significa?

Sin que sirva de precedente, esta semana estoy de acuerdo con Arturo Pérez Reverte en su artículo dominical de “El Semanal XL”.

Habla el Sr. Reverte de que andaba sentado en un café de París hace poco y, entre que pidió el café y posteriormente fue a comprar tabaco tuvo que decir más de una decena de veces “por favor”, “gracias”, “señora” o “que pase un buen día” (expresión muy francesa). El caso es que si tantas las dijo, tantas las escuchó para él. Y se queja Don Arturo de que en España la educación es algo que se fue y no volvió.

Como es algo que lo he vivido, puedo contarlo de primera mano. En Francia tienes que ir siempre con el “usted” por delante, mismo sea tu jefe, tu maestro o un desconocido (¡sobre todo!). Jamás tutean a nadie que no conocen. Vas al súper, y al mozo que repone los estantes o a la cajera le preguntas de usted, vas al banco y al cajero le hablas de usted.

En contadas ocasiones se tutean. Lógicamente en la familia, también en el trabajo, pero siempre con compañeros del mismo rango, nunca a un jefe o a un subordinado, porque se espera que el subordinado también te hable bien.

En fin, todo esto que parecen formalidades arcaicas y “demodé”, son muy importantes de cara a la sociedad, pues sientan las bases del respeto entre las personas. En España, se está llegando al punto de que ni siquiera se dice hola al entrar en los sitios, o el por favor es algo que solo los buenazos (tontos) utilizan.

¿Cómo se va a respetar a alguien si ni siquiera nos dirigimos a él con un mínimo de educación? Hoy he leído que Nicolas Sarkozy (ministro del interior y aspirante a presidente de Francia) ha dejado caer que muy pronto los alumnos deberán volver a ponerse de pie cuando entre el profesor. Pues que quieren que les diga, no me parece tan descabellado. Si al profesor se le ve como a alguien respetable, se le respetará. Y como ese ejemplo, todo en esta sociedad.

Una cosa curiosa que dice Reverte es que conocía a una extranjera que al llegar a España era la más dulce y educada con los clientes; seis meses después da un hola y gracias. Cuando yo estaba en Francia y venía a España, me pasaba exactamente lo mismo, jamás he sido más educado. Me dirigía con frases como “perdóneme señor, para ir…”, o “perdone que le moleste caballero, me podría usted indicar…”, que en ocasiones me hacían sentir raro.

Medio año después de regresar definitivamente, he ido perdiendo las formas, pero aun tengo esa característica formulación francesa con la que dirigirse a la gente. Espero no olvidarla.


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· Van Helsing

1 comentario:

  1. hay tiene usted más razón que un santo. Qué gusto da ir por París, tomar el metro a hora punta, ponerle el sobaco a uno en la nuez y que te diga "desolé". Eso sí, cuando cogen el coche es otro cantar.
    Aquí lo que pasa es que siempre hemos sido el país de "Ande-yo-caliente" y cada día más. Es un simple suma y sigue que primero acumula, luego desborda y termina explotando.
    En fin, gracias por su post.

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