miércoles, 13 de septiembre de 2006

¡Qué Vergüenza!

Hoy en el telediario de T5 he visto una noticia de la que ya me hablaron ayer. Trata sobre un hombre que le pegó una paliza de impresión a un pastor alemán con un palo más gordo que mi brazo y de un vecino que lo grabó y lo ha denunciado. El sinvergüenza tiene además una denuncia anterior de maltrato de seis mil euros, o sea que es reincidente. El caso está que el denunciante y el denunciado han acudido hoy al juzgado.

No sabéis lo que me ha cabreado ver a veinte o treinta vecinos de la zona apoyando al maltratador, con gritos de ánimo y esperanza.

Encima, no contentándose con esto, esta panda de borregos subnormales han abucheado al vecino que presentó la denuncia y se han encarado con él, hasta tal punto que ha tenido que salir escoltado como si fuera él el criminal.

Me parece indignante que a un tío que le pega una paliza de muerte a un pobre perro, el cual encima estaba atado, pero que ni siquiera hizo ademán de protegerse, le encumbren y le vitoreen; y al señor que con dos cojones ha denunciado a ese bárbaro, tenga que salir con la cabeza gacha como si hubiera hecho algo malo.

Si yo fuera el juez, ni dinero ni tonterías: que el criminal recibiese tantos palos como los que le metió al perro, a ver si para la próxima vez vuelve a coger una varita.

Por cierto, que el animal murió al final :-(

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