Entrevista Evaporada

Ayer recibí una llamada del hospital de Angers. Ya os dije que me convocaron el 1 y el 7 de diciembre para una entrevista, pero el 7 no podía ir porque ese día estaré en París.

Ayer, lunes, me llamaron tras mi aviso del viernes y no me pillaron, por lo que me dejaron un mensaje. Básicamente, me dicen que al no poder acudir el día 7, y al no tener más fechas para darme, anulan esta entrevista y al mismo tiempo la del día 1, y que ya me llamaran cuando tengan fecha.

El problema no fue el mensaje, que de por si me cogió por sorpresa, sino más bien el tono en el que la mujer me lo dijo. Realmente llegué cabreado e indignado a casa. Sopesé la posibilidad de ir y volver a Angers ese día, que está a sólo 90 minutos de París, y de hecho les escribí un correo diciendo que les llamaría esta tarde. Pero, tras mi caminata con el aire fresco de las 6 de la mañana, cambié de parecer.

4 meses después de haberles dado mi CV, mes y medio después de que les avisé de que estaba disponible, con la oferta del puesto escrita al día de hoy aún en la web... ¿no tienen un maldito momento para hacer la segunda entrevista? Se han estado haciendo los locos desde que llegué y ahora se cabrean porque no puedo ir el día q ellos me dicen. Y si trabajara ese día? ¿O mejor no trabajo y les espero sentadito a que me llamen?

Visto lo visto, pudiendo disfrutar del París navideño con mi cherie, teniendo trabajo hasta el 20 de diciembre y pudiendo irme a mi casa toda la navidad, prefiero dejar correr todo esto y en enero, que me llamen si quieren (que lo harán, estoy seguro). Porque encima, si me llaman ahora, me obligarían a renunciar al contrato que tengo actualmente y a trabajar, al menos, una de las dos fiestas (y sin poder ir a casa ni siquiera una de ellas).

Así pues, la indignación inicial, tras un estudio detalladado de la situación, ha dado paso al estado de bienestar en el que me encontraba antes de la noticia. Mejor así.