sábado, 26 de noviembre de 2005

De Vuelta al Mundo Laboral

Pues si, como ya os dije, tengo un nuevo curro. Después de un mes y medio de vacaciones, pensé que ya seria hora de volver a integrarme en el proletariado francés.

Empecé el jueves 24 poco antes de las 10 de la mañana. Aparte de que me perdí entre los pasillos de la planta baja (que manía con hacer todas las zonas iguales), en líneas generales, os puedo decir que es un servicio donde hay muchísimo trabajo, sobre todo para los enfermeros, porque deben de hacer las funciones de enfermería y las que no son de enfermería. Yo, que ya me había acostumbrado a la buena vida, pues el primer día me resultó duro, por el trabajo en si y por tener que aprenderlo todo para el día siguiente.

El enfermero debe hacer, aparte de sus técnicas especificas, el aseo a 3 pacientes, dar de comer a otros tantos, el papeleo administrativo, preparar la medicación básica, y seguramente más cosas que aún no sé. Las dos primeras cosas en realidad son funciones de enfermería, que suelen delegarse a las auxiliares, por tanto no me quejo de que tenga que hacerlas, sino más bien de hacer eso y de todo lo demás, lo cual supone una sobrecarga de trabajo. Lo del papeleo y los medicamentos, normalmente es un (o una) secretaria quien se ocupa de ello, y un servicio de farmacia que prepara las cajas con los tratamientos semanales. Pero no es extraño que no haya tal cosa, pues al ser una privada, se ahorra gasto por todos lados. Supongo que en los días venideros me acostumbraré a la situación y no lo veré tan raro.

Durante toda la mañana, la enfermera estuvo explicándome las cosas y yo estuve familiarizándome con el servicio. A las 3, ella se fue y yo me quedé solo en el servicio continuando el trabajo. A las 6 fue la hora de irme para casa, contento por el primer día.

Lo duro llegó el viernes. Para empezar, batí el record de la hora en cuanto a levantarme para ir a trabajar. La marca ha quedado fijada en las 5 de la mañana. Entraba a las 6:45, y a esa hora no hay autobuses, así pues andandito a trabajar (35 minutitos). Salgo a la calle, y ni Cristo; frío, todo el que queráis y más. Afortunadamente no llovía. Cuando iba por la mitad, ya empezó a haber movimiento y el frío había desaparecido.

El día, atroz y para olvidar. No me voy a parar en explicar lo que se hace en un turno de 8 horas de enfermería, pero os diré que no me senté en toda la mañana, no tuve tiempo ni de comer. Y encima cada vez iba con más retraso. “¡Oh! ¡Pobrecito!” pensareis. Pues efectivamente, gracias por pensar en mi situación :-p La verdad es que hacia tiempo que no tenia un día tan duro.

Después de sobrellevar la mañana y alcanzar el fin de la etapa, me fui a casa, supercansado, con el contrato ya firmado en el bolsillo. De momento me han hecho un contrato para noviembre y me han dicho que para diciembre me harán otro.

Llegué a casa a las 4, me puse a hacer la comida y Prado llegó. Al final, terminé de comer a las 5 y media y me quedé sopa en el sofá mientras Prado se viciaba a Los Sims.

Ahora, a descansar todo el week end!!

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