domingo, 13 de noviembre de 2005

¿Barbacoa? en el campo

El viernes, coincidiendo con la fiesta del Armisticio, decidimos ir a pasar el día al campo, con sus tortillitas, calimochos y carnaca.

El lugar elegido fue "le Lac du Maine", que es el lugar típico donde la gente se va a pasar el día al campo, a orillas del rio Maine, con un lago donde se pueden practicar los más diversos deportes naúticos.

Según el canal del tiempo, el día se esperaba soleado. Y así comenzó, pero a media mañana, de camino al lago, en cuestión de minutos, el dia se nubló y el sol dio paso a la lluvia. Mal asunto. He de señalar que el clima en esta zona es oceánico, con temperaturas relativamente suaves y mucha lluvia (como Galicia o Asturias). Y como era de esperar, la lluvia se fue tan pronto como vino, y a lo largo del día fue alternandose con el sol.

La chunga vendría luego. Una vez que llegamos, decidiendo el lugar donde nos quedaríamos (no había ni Cristo, todo el lago para nosotros), nos dimos cuenta de un pequeño detalle: NO HABíA UNA PUTA BARBACOA DONDE ASAR!!!

Realmente barbacoas sí había, pero en tal mal estado que daba asco asar en ellas. Después nos enteramos de que las buenas las retiran durante el invierno. Se divisaba una bajona de las gordas...

Momentos de incertidumbre se sucedieron: 13 personas, 5 kilos de carne que no podíamos utilizar, 4 tortillas y una ensalada... Aunque parezca mentira, nadie pasó hambre. Entre las tortillas (muy muy ricas, por cierto, por obra y gracia de nuestras queridas Prado, María y Raquel) y el calimocho pudimos salvar un día que se puso muy cuesta arriba.

Finalmente acabamos jugando a fútbol en medio de barro, resbalones y pelotazos. En un equipo, un andaluz, un inglés, un franco-ecuatoriano, un anglo-iraquí y yo (pareciamos el típico chiste de "esto es un inglés, un francés..."); en el otro, todos españoles. Resultado, poco importa. Lo que sí merece ser señalado es la entrada (merecedora, sin duda, de roja y un mes de sanción) con la que Jean Paul barrió a Marta. Una acción que ha sido recordada por Marta y su pierna durante todo el fin de semana.

Cuando ya no quedó más barro por el suelo y todo estuvo en nuestra ropa, finalizó el partido, y decidimos marcharnos, pues en breve iba a anochecer, decidiendo que la carne que sobró nos la comeríamos por la noche en la residencia más tranquilamente.

En definitiva, el 11 de noviembre pudo considerarse como una agradable jornada en la que, juntos, nos echamos unas risas. Esperemos que pronto vuelva a haber una parecida, aunque esta vez avisados de las barbacoas

2 comentarios:

  1. ROBER! te lo has "currao", tio! esta chulo, super!!! je je a seguir asi! besos de tu mayor admiradora : MARIA (una erasmus)

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  2. aqi estoy otra vez, el expedicionario juanlu. joder rober, parece q no m qieres sacar, tio! la tortilla d raqel la hicims entre ella y yo. ademas, si no le hubiera dado yo la vuelta a la tortilla, no hubiera habido tal tortilla, y entre tant tortilla m estoy entortillando y liando, asiq m voy,bye!!!!!!!!

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