Muchos me han preguntado estos días por los Oscars, que quien iba a ganar, cuales eran mis favoritos, sorpresas y ausencias, que por qué no he hablado de ellos en el blog...
Y mi respuesta siempre ha sido la misma: los Oscars hacen años que dejaron de interesarme.
Y lo dice alguien que durante varios años se quedaba a ver (o escuchar más bien, que no había C+) la ceremonia, toda la noche sin dormir, y yendo superfeliz al instituto el martes siguiente.
Pero ese mismo seguimiento ha hecho que con el paso de los años haya visto que son unos premios interesados, partidistas y sin un criterio de calidad artística. Es decir, no se premia al mejor del año, sino al que más conviene.
Y así ha habido infinidad de injusticias a lo largo de este tiempo. Pondré una pequeña muestra. Obviamente, no puedo hablar de injusticias en campos que no conozco, como fotografía o vestuario, así que me centraré en los generales y, posteriormente, en el apartado musical:
1997: "Full Monty", sorpresa de los premios, optando incluso a mejor película. Al final, de cuatro nominaciones, se lleva la de mejor banda sonora original, de Anne Dudley, con unos míseros 10 minutos de score simplón y fácil. Oscar de compensación.
1998: "Elizabeth" y "Shakespeare enamorado"; la primera, un grandioso drama histórico, la segunda, una tontería bobalicona y acaramelada. La primera, inglesa; la segunda, yanki. Oscar a la mejor actriz para Gwyneth Paltrow, derrotando incomprensiblemente a Cate Blanchett. Pero atención, oscar a la mejor actriz secundaria para Judy Dench, ¡¡por un papel de una escena y ocho minutos!!
Seguimos en 1998: Roberto Begnini se alza ganador por su papel en "La Vida es Bella". Nada mala su actuación, pero teníamos de por medio a Ian McKellen con "Dioses y Monstruos" (impresionante actuación) y a Edward Cortón por "American History X" (estremecedora). Pero Begnini tenía mas tirón y el y su histrionismo eran mas queridos en Hollywood (y que el Oscar lo entregara Sofía Loren anticipaba el resultado).
2000: "Gladiador" es la película de moda y Russell Crowe es el actor del momento. El año anterior le birlaron su premio por "El Dilema" y para arreglarlo, se lo dan por interpretar a Máximo Meridio, con la expresividad de una suela vieja de zapato. El problema es que por medio estaba Tom Hanks y su papelón en "Naufrago", donde él es la película. Pero claro, Tom Hanks no vende lo mismo que Crowe (y ya tenía dos).
E injusticias hay muchas más, que 80 años dan para mucho.
Y mi respuesta siempre ha sido la misma: los Oscars hacen años que dejaron de interesarme.
Y lo dice alguien que durante varios años se quedaba a ver (o escuchar más bien, que no había C+) la ceremonia, toda la noche sin dormir, y yendo superfeliz al instituto el martes siguiente.
Pero ese mismo seguimiento ha hecho que con el paso de los años haya visto que son unos premios interesados, partidistas y sin un criterio de calidad artística. Es decir, no se premia al mejor del año, sino al que más conviene.
Y así ha habido infinidad de injusticias a lo largo de este tiempo. Pondré una pequeña muestra. Obviamente, no puedo hablar de injusticias en campos que no conozco, como fotografía o vestuario, así que me centraré en los generales y, posteriormente, en el apartado musical:
1997: "Full Monty", sorpresa de los premios, optando incluso a mejor película. Al final, de cuatro nominaciones, se lleva la de mejor banda sonora original, de Anne Dudley, con unos míseros 10 minutos de score simplón y fácil. Oscar de compensación.
1998: "Elizabeth" y "Shakespeare enamorado"; la primera, un grandioso drama histórico, la segunda, una tontería bobalicona y acaramelada. La primera, inglesa; la segunda, yanki. Oscar a la mejor actriz para Gwyneth Paltrow, derrotando incomprensiblemente a Cate Blanchett. Pero atención, oscar a la mejor actriz secundaria para Judy Dench, ¡¡por un papel de una escena y ocho minutos!!
Seguimos en 1998: Roberto Begnini se alza ganador por su papel en "La Vida es Bella". Nada mala su actuación, pero teníamos de por medio a Ian McKellen con "Dioses y Monstruos" (impresionante actuación) y a Edward Cortón por "American History X" (estremecedora). Pero Begnini tenía mas tirón y el y su histrionismo eran mas queridos en Hollywood (y que el Oscar lo entregara Sofía Loren anticipaba el resultado).
2000: "Gladiador" es la película de moda y Russell Crowe es el actor del momento. El año anterior le birlaron su premio por "El Dilema" y para arreglarlo, se lo dan por interpretar a Máximo Meridio, con la expresividad de una suela vieja de zapato. El problema es que por medio estaba Tom Hanks y su papelón en "Naufrago", donde él es la película. Pero claro, Tom Hanks no vende lo mismo que Crowe (y ya tenía dos).
E injusticias hay muchas más, que 80 años dan para mucho.
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