Como ya dije, este finde hemos estado en las fiestas del Rosario del pueblo de mi madre, Alcuéscar. El plan era salir con los amigos de mis padres y sus hijos, que son todos de fuera y se juntan siempre por estas fechas. Hacía por lo menos diez años que no iba, así que todo ha sido recuerdos.
Vimos la procesión del sábado, la del domingo (foto), con los salves y vivas a la Virgen, y por la tarde fue el denominado “ramo”, donde se subastan artículos en beneficio de la cofradía.
El caso es que, la feria también tiene su hueco, y aparte de los cacharritos y churrerías, hubo un concierto. Este año vino La Húngara, a quien no tenía el gusto de conocer. Bastante éxito de público tuvo, que gustó tanto a jóvenes y no tan jóvenes. Como íbamos en grupo, se decidió entrar a verla (10€), sin saber ninguno realmente como actuaba.
Sin entrar en las cualidades y aptitudes de la cantante para el cante, y obviando la poca calidad de su música para el que escribe, el concierto fue una chapuza técnica. El sonido nunca estuvo ecualizado. Todos los canales se oian "al rebujón". En cuanto entraba el coro, a la solista no se le oía más. El bajo apenas se notaba y la percusión (sintetizada) era anecdótica. En ocasiones daba la impresión que aquello era play back.
Finalmente, cuando se arrancó por bulerías, la pobre no llego a donde tenía que llegar y le salió un gallito, una gallinita y sus pollitos.
En fin, tampoco le pidamos mucho más. La gente se lo pasó muy bien, todos se sabían sus canciones y cantaron contentos junto al artista.
Respecto al conjunto del fin de semana, disfrutamos mucho, riéndonos con mil y una historia de cuando nuestros padres eran jóvenes, y comprobando que, como nosotros, ellos también fueron unos muchachotes :)
Habrá que creer…
Hace 11 años
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