lunes, 22 de mayo de 2006

Roma: Los Museos Vaticanos (IV)

Amaneció lloviznando ese día. Nuestro destino eran los Museos Vaticanos (Para conocerlo en detalle, os recomiendo su página web, de lo mejorcito en visitas virtuales que he visto). Como bien nos dijo Alejandro, nos bajamos en la parada anterior a la correspondiente para salir directamente al final de la cola, y así nos evitamos el tener que deshacer el camino recorrido siguiendo la fila.

La cola, larga. Mucha monja, cura y excursiones de beatas. Mucho turista también, como nosotros. El tiempo de espera, media hora. El precio de la entrada (reducida), ocho euros. La audio guía, seis euros (porque allí no te daban ni un mísero folletín)

Primeras salas: arte egipcio y etrusco. Al primero no le vi mucho la relación con el cristianismo y el Vaticano (¿las aventuras de Moisés quizás?), pero bueno, no estaba malejo (un par de momias y esculturas, nada que no haya visto en el Louvre). Sobre los etruscos (antigua civilización italiana anterior a los romanos), muchas piezas de excavaciones pertenecientes a la Iglesia a lo largo de la historia.

Al lado del etrusco nos encontramos ya el arte romano, enfocado vagamente a los comienzos del cristianismo. Con cerámicas, bronces y varias estatuas de divinidades, muestra los diferentes hallazgos arqueológicos de la zona del Vaticano.

Conclusión de las tres primeras salas: innecesarias e irrelevantes respecto al Vaticano (si quiero ver simple arqueología, me voy a un museo arqueológico)

La siguiente etapa fue tomando algo más de interés: los Palacios Pontificios. Aquello ya era más acorde con la esencia vaticana: grandes habitaciones con magníficos frescos, muebles y ornamentos de la época. A remarcar la Sala de Tapices de la escuela de Rafael. Una sala que nos gustó mucho fue la de Cartografía (foto), con un extraordinario techo y unos gigantescos mapas de las posesiones papales a lo largo de la historia.

A continuación pasamos a las Habitaciones de Rafael, llamadas así por sus cuadros en las paredes, de gran belleza. Todas las obras son una maravilla, pero yo me quedaría, quizás por La Batalla de Constantino y La Escuela de Atenas.

Seguimos avanzando y por fin llegamos a la Capilla Sixtina, donde no cabía un alfiler. En el camino, te recuerdan por activa y por pasiva que no puedes fotografiar, filmar, hablar, respirar…

Una vez allí… ¿cómo describirlo? Decepción sería un buen término. Nada más llegar, me encuentro a los guardias contando chistes (o algo gracioso) y riéndose a carcajadas. Y dos minutos después, a pleno pulmón, gritando a la gente que se callase (había un murmullo general, lógico de una multitud). “No photo! No video! Silence Please!” es lo único que sabían decir, mientras llamaban la atención a base de palmas como si de un tablao flamenco se tratara. No foto, no foto y nada más salir te encuentras la tienda con el póster a 10 euros. Ruin y rastrero.

En fin, volviendo a la Capilla, con una altura de más de 20 metros, los frescos de la bóveda sobre el Génesis no se aprecian bien y la famosa escena de Dios y Adán apenas resalta entre las demás. Eso si, Miguel Ángel era un genio, y se nota en toda la sala. Para mí, su mejor obra es El Juicio Universal, a modo de retablo tras el altar. Una maravilla, tanto en extensión como en detalles.

Fue aquí también donde nos dimos cuenta el tono subliminal de la audio guía. Mientras te explicaban los cuadros, podías escuchar frases como estas: “y la Iglesia, demostrando su espíritu acogedor y permisivo…” Solo faltó escuchar: “si quieres ir al cielo y salvar tu alma, ¡danos dinero pecador!” Aquí se han pasao tres pueblos, estos curas.

Tras la Capilla Sixtina, terminando ya la visita, un par de salas con piezas relacionadas con el Vaticano y los Papas (¡Por fin!). Sotanas, mitrales, cetros, coronas, oro… sutilezas utilizadas por sus santidades a lo largo de sus “reinados”.

Y poco más, tras recorrer un par de pasillos y atravesar 2 o 3 tiendas mas (perdí la cuenta…), llegamos a la salida. De todos los museos que ponen en la Web, no vimos ni el misionero, la pinacoteca, ni el sacro… muchos muchos, los que no vimos. Pero tampoco tuve constancia de que existían (ni carteles ni indicaciones). ¿Alguien me puede confirmar que se puedan visitar?

Conclusión final: ¡Un timo! Visita innecesaria, que no merece en absoluto pagar doce euros (u ocho si es reducida) y gastar 5 horas del preciado tiempo de estancia en Roma por ver lo poco que vale la pena: los cuadros de Rafael y parte de la Capilla Sixtina. Estos curas no aceptarán el modernismo, pero en cuanto al sacaperras están a la última. Lo mejor es que visites la web y veas los cuadros tranquilamente y al detalle.

Y si aún así decides ir (“ya que estás, habrá que ir”, se suele decir), olvídate del arte etrusco-egipcio y vete directamente a las habitaciones papales y la capilla sixtina.

Respecto a la audio guía, 6 euros por un lavado de cerebro… Que sepais que tiene un conector jack, ideal para descargar el contenido en una PDA o en un reproductor de MP3. Me sorprende que a ningún pakistaní de los que te venden postales fuera se le haya ocurrido hacer negocio con eso.

Un último apunte para que veáis como se lo montan estos curas. Gracias a Google Earth (¡imprescindible!) y sabiendo el tiempo de espera de la cola, he podido hacer un calculo chapucero de las personas que entran al cabo del día. Para una longitud de 300 metros, tardamos 20 minutos en llegar. Estimando a dos personas por metro (en fila doble), nos queda que cada hora entran en el museo aproximadamente mil quinientas personas. En seis horas que abre el museo, nueve mil personas (por lo que pude ver, no me sorprende). Pongamos la media de 10 euros por persona… Ya veis, noventa mil euros al día (euro más, euro menos) que se sacan los párrocos por el museito. ¡Y libres de impuestos!

1 comentario:

  1. QUE SEPA USTED QUE CON SUS GRAN GUÍA TURISTICA DE ROMA CONTRIBUYE A DESPERTAR EL DESEO DE CONOCER ROMA A MAS DE UN LECTOR jejej ES BRILLANTE TU BLOG ROBER!!! Y NO LO DIGO POR PELOTEO, YA SABES QUE SI HACES UNA PUBLICACION MAS DE UNO LA COMPRARA ... jajaj SÉ QUE HAS ACORTADO MUCHO EN ESTA VISITA A LA BELLA CIUDAD DE ROMA ... pero tampoco era cuestion de aburrirnos mucho no? es broma... esta interesante la visitita

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