Es curioso esto de la informática. En un momento pasas de maldecir un aparato cada vez que lo ves sin funcionar, a alabarlo y casi besarlo cuando observas que ha vuelto al trabajo
Esta tarde me he levantado de siesta y ¿qué me encuentro en el salón? Que mi querido módem había vuelto de sus vacaciones y estaba en plena acción. Todas sus lucecitas centelleaban armónicamente. ¡Qué espectáculo!
Parece que todo vuelve a la normalidad; ahora tendré que anular la visita del técnico, aunque lo haré el lunes por la mañana, no sea que este cabrón electrónico me la vuelva a jugar este finde.
El sinvergüenza de mi modem
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