En el periódico Hoy apareció publicada el miercoles pasado una carta al director con la cual no puedo estar más de acuerdo.
Así que la tomo prestada para el post de hoy:
Lo que sucede en el Tíbet recuerda a los últimos días de la segunda República española, cuando ante la vergonzosa mirada indiferente de las democracias occidentales, en este país el ejército se rebelaba destruyendo una democracia para instaurar una dictadura.
Si Bush quiere petróleo, se inventa armas de destrucción masiva e invade Irak, así, además «salva al pueblo de un infame dictador». Miles de tibetanos viven exiliados, oprimidos, encarcelados, apalizados... sin que nadie en occidente mueva un dedo.
Sarkozy baraja la posibilidad de un boicot a los juegos y no se suma ni dios. Ningún presidente recibe al Dalai Lama. Todos giran la vista, ya que China es un mercado muy goloso, mejor tenerla como amigo, y el Tíbet no tiene petróleo.
Como pretexto para la invasión, en 1950, China dijo que liberaría al Tíbet de los invasores extranjeros y la anexionaría a la Tierra Madre, pero en tierra tibetana sólo había 5 extranjeros en aquel tiempo. Desde entonces, China ha abusado de la explotación del Tíbet: con sus medidas de caza y pesca ha hecho desaparecer varias especies, ha usado la región como depósito de residuos nucleares, ha destruido el 80% de sus bosques, ha derrocado templos budistas para construir burdeles, ha torturado y ejecutado a miles de monjes...
Familias enteras con niños cruzan cada año las montañas que los separan de la libertad a 6.000 metros de altura. Muchos huyen en invierno, ya que en esa época China relaja la vigilancia debido al frío. Ese frío hace que algunos mueran o pierdan sus dedos...
Hay una francesa apresada en Colombia y se arma un gran revuelo internacional, aquí ya van 140 muertos en dos semanas y no pasa nada.
JOSÉ MARÍA MÉNDEZ MÉNDEZ
Gracias Roberto, veo que también te gusta gritar ante las injusticias, ojalá fuéramos más.
ResponderEliminarUn saludo. Jose María Méndez
Gracias a tí por decir las cosas tan claras.
ResponderEliminarLástima que cuando los políticos lean este tipo de cartas, no se les caiga la cara de vergüenza y miren hacia otro lado...
Saludos