jueves, 24 de julio de 2008

Un día de guardia en Almendralejo

Tengo mal acostumbrada a la gente.

Lo digo porque se piensan, que cuando estoy de guardia, me la paso todo el día durmiendo y rascándome la barriga. Así, se sorprenden si durante el turno no doy señales de vida.

Eso fue en el pasado, perdido entre los páramos de la Siberia Extremeña, pero ahora es muy distinto.

Estando en Herrera, ya me habría visto un par de películas, escrito varios post y leído varios blogs de Internet. Es lo que tiene el aburrimiento.

Pero en Almendralejo no, aquí hay mucho trabajo. En un día normalito se pueden ver perfectamente a 100 pacientes. Y eso que hay dos equipos, porque si no sería infernal.

Esto de los dos equipos es bueno sobre todo por la noche, porque al menos te aseguras al 99% que vas a dormir cuatro horas por la noche.

Después está ya el dilema de lo que es importante o no de esas cien consultas: ¿Una rozadura en la rodilla? ¿Un dolor de cabeza por una borrachera a las 4 de la mañana?

Pues sí, se dan...

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