Eso fue lo último que vimos de Marta, su tren partiendo.
Ocurrió el sábado por la mañana, a las 8. Todos fuimos a despedirla. Se le acabó su Erasmus de 4 meses. Una pena.
En ese momento, lágrimas, sobre todo de Prado y María, sus compañeras más cercanas, las cuales sentirán más el vacío de la marcha.
En el andén, esperando a que el tren se fuera, hubo muchos besos, muchos "nos escribiremos" y muchos "no os olvidaré", pero la vida sigue, y unos van y otros vienen, y aunque suene pesimista, hay que decir que, aún haciendo bastantes esfuerzos, el contacto se pierde y no volverá a ser como antes. Lo importante es no olvidar que se estuvo 4 meses en Angers y que se conoció a un grupo de españoles, en la misma situación que tú, y que durante ese tiempo nos apoyamos y disfrutamos lo mejor que pudimos. Y algún día, cuando nos volvamos a encontrar, la alegría será la mayor de todas.
El momento cómico fue ver correr a, prácticamente, todo el grupo detrás del tren durante un buen trozo :)
Ahora, el "caballo salvaje" vuelve a su grupo de origen, recordando, seguramente por mucho tiempo, cada día que estuvo por aquí. (Y el Messenger siempre nos dará alguna alegría de vez en cuando!)
Hasta la vista, Marta.
PS: no me quiero ni imaginar cuando llegue junio...
Habrá que creer…
Hace 11 años
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