Menuda la que se montó anoche en la cocina de la cuarta planta con la excusa del cumpleaños de Malena.
Todo comenzó sobre las 20:30h con la preparación de sandwiches y de calimocho (me niego a escribirlo con K y TX) a base de vino peleón y cola más peleona todavía. Así salió el experimento: realmente asqueroso. Pero como suele pasar en estos eventos, se bebió todito. Sobre todo gracias al invento de las pajitas (o sorbetes, como dicen en Ecuador) de un metro de largo.
Le regalamos a Malena unos tampones (de estampar, se entiende), una vela y una máquina expendedora con sus gominolas correspondientes. La máquina no expedía lo que se dice muy bien y cuando le daba la gana nos soltaba un caramelo.
Después ya vino el desfase; el uno, con 5 pajitas intentando beber desde el pasillo; la otra, empezando a estar borrachina; el otro, abandonando el partido en plena mitad (un saludo a quien lo pille); las golosinas, en vez de comernoslas, las tirabamos (y con lo caras que están).
La gente se fue yendo y al final unos acabaron cabreados (bueno, solo uno), otros borrachos y otros fumados.
Pa cabreo, me hubiera gustado ver a la mujer de la limpieza esta mañana... (Doña Clotis, Un Abrazooooo!!!)
Habrá que creer…
Hace 11 años
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