... O al menos eso dicen ellos
Les recuerdo que a principio de este mes me fui unos días a Murcia de visita. Debo reconocer que no conocía nada de Murcia, ni nada de esa zona de España (Levante español).
De camino para allá, la primera impresión que me lleve de la región es que es un desierto. Uno avanza por las carreteras de la comunidad y solo ve zonas áridas, sin vegetación, salpicadas de vez en cuando por algun arbusto de pequeño tamaño. Si a mi me dicen que aquello es Almería (que es la que tiene la fama) me lo hubiera creído.
La segunda impresión que me llevé es que allí hace un calor del carajo. Pero oigan, ¡del carajo! Vaya nochecitas que pasamos. Ni una pizquita de aire. Uno, que es extremeño de pro, se supone que está inmunizado a estos sufrimientos, pero jamás pensé que diría que en Murcia hace más calor que en Badajoz (al menos en julio del 2009).
Luego uno se pone a pensar que, con este paisaje y este calor, cómo puede Murcia tener la mayor concentración de campos de golf del país (aunque esto de la guerra del agua es otro tema).
En el tiempo que estuvimos allí tampoco nos dio para hacer mucho (el calor tampoco invitaba a ello). Estuvimos en la capital, viendo lo poco que tiene para ver; estuvimos otro día en La Manga del Mar Menor, en la playita (menuda colección de chuletas, y no de cerdo, precisamente), y un par de veces que nos acercamos a Alcantarilla que nos caía al lado.
En el próximo capítulo, "Murcia city"
Les recuerdo que a principio de este mes me fui unos días a Murcia de visita. Debo reconocer que no conocía nada de Murcia, ni nada de esa zona de España (Levante español).
De camino para allá, la primera impresión que me lleve de la región es que es un desierto. Uno avanza por las carreteras de la comunidad y solo ve zonas áridas, sin vegetación, salpicadas de vez en cuando por algun arbusto de pequeño tamaño. Si a mi me dicen que aquello es Almería (que es la que tiene la fama) me lo hubiera creído.
La segunda impresión que me llevé es que allí hace un calor del carajo. Pero oigan, ¡del carajo! Vaya nochecitas que pasamos. Ni una pizquita de aire. Uno, que es extremeño de pro, se supone que está inmunizado a estos sufrimientos, pero jamás pensé que diría que en Murcia hace más calor que en Badajoz (al menos en julio del 2009).
Luego uno se pone a pensar que, con este paisaje y este calor, cómo puede Murcia tener la mayor concentración de campos de golf del país (aunque esto de la guerra del agua es otro tema).
En el tiempo que estuvimos allí tampoco nos dio para hacer mucho (el calor tampoco invitaba a ello). Estuvimos en la capital, viendo lo poco que tiene para ver; estuvimos otro día en La Manga del Mar Menor, en la playita (menuda colección de chuletas, y no de cerdo, precisamente), y un par de veces que nos acercamos a Alcantarilla que nos caía al lado.
En el próximo capítulo, "Murcia city"
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