Bueno, ya estoy en casa. A pesar de la huelga de transportes francesa, conseguí llegar sano y salvo a España. De hecho, fue uno de los viajes más tranquilos que recuerdo.
En el tren que me llevo a París, fui prácticamente solo (apenas diez personas mas en el vagón). Y a la hora de coger el taxi (una de mis dos principales preocupaciones), tan solo tuve que esperar un cuarto de hora.
La segunda preocupación (sobre todo si tardaba en coger el taxi) era encontrarme atascos inmensos para circular por la ciudad. Nada de eso, en veinte minutos estaba ya en la puerta de la terminal Sur de Orly.
Estaba tan contento que incluso le di mil pelas al taxista de propina (el servicio fueron 24 euros). Una vez allí, mire el reloj y vi que aun faltaban 4 horas para despegar; así que me armé de paciencia, saqué mis apuntes de enfermería y eché el rato. Rato bastante entretenido, por cierto, porque no fueron pocos los que, por llegar tarde, perdieron sus vuelos.
En resumen, que la huelga francesa me ha costado 20 euros extras, un madrugón importante y, sobre todo, un enorme nerviosismo ante la incertidumbre de no saber qué me encontraría en la capital.
Afortunadamente, no llegó la sangre al río.
Habrá que creer…
Hace 11 años
Y las penas con los ricos bocadillos que llevabas fueron menos.
ResponderEliminar¿Qué pasa? ¿Que el cara éste no se prepara nunca él los bocadillos?
ResponderEliminarJoer, ademas ¡qué bocadillos!, los mejores mixtos que he probado en mi vida
ResponderEliminarÑam, ñam!!