Ya que estábamos a dos pasos, decidimos un día ir a San Sebastián. Cómo ya sabéis, cogimos el euskotren.
La verdad es que la ciudad es una gozada. Tiene una playita urbana que es una delicia. Hacía bien tiempo (lo cual ya es raro en el País Vasco) y la arena estaba a rebosar. Foráneos y no foráneos rebozándose en la arena coleccionando los rayos solares que llegaban hasta ellos.
Nosotros no fuimos preparados para la ocasión, de hecho, fuimos algo abrigados, así que nos dedicamos a pasear por el paseo marítimo, que es bastante extenso. Aquí podéis ver el recorrido que hicimos. No se puede decir que no anduvimos: 10'4 km según Google Earth (click para ampliar)
Y aparte de La Concha, San Sebastián tiene un aire señorial bastante importante. Se nota que era el lugar de veraneo de los ricos de antaño. Sus bellos edificios y sus amplias calles señalan que allí hubo dinero. Las casas a orillas del Cantábrico son una verdadera maravilla.
También tuvimos tiempo de ver la Catedral, llamada del Buen Pastor. Aunque su estilo neogótico diga lo contrario, apenas tiene 100 años, empezándose las obras en 1888 y siendo inaugurada por la Reina María Cristina y su hijo Alfonso XIII. Está inspirada en la catedral de Colonia (la mas grande de Europa).
Por ultimo, nos acercamos al Peine de los Vientos (foto), obra de Chillida, dándose la casualidad de que su inauguración oficial coincidió con nuestra visita, y se programó en el lugar un concierto gratuito de tres pesos pesados de la canción donostiarra: Mikel Erentxu, Alex Ubago y Amaia Montero. La verdad es que el recinto era pequeñito para dar un concierto así, pero no nos quedamos a comprobarlo porque teníamos que volver a casa.
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