En mi viaje por tierras vascas, decidimos un día visitar San Sebastián, y para ello nos decantamos por la tranquilidad y belleza del trayecto ferroviario.
Craso error... todas mis alabanzas en los últimos años hacia el tren quedaron dilapidadas y enterradas aquel día. ¡Virgen Santa!
La ida no fue muy mal; cogimos el semidirecto de por la mañana en Bilbao - Atxuri y en dos horas estuvimos en Donosti (¡y eso que era el semidirecto!).
Pero es que la vuelta fue algo insufrible: ¡¡3 horas y 20 minutos para hacer 80 kilómetros!!
Paramos en todos los pueblos existentes en la comunidad vasca, y encima va el supertrén ¡y se estropea a mitad de camino! Tuvimos que esperar media hora a que viniera el siguiente.
Y el resto del camino no fue nada fácil: en cada parada nuestro nivel de amargura aumentaba varios puntos, me dio tiempo a escucharme toda la música del móvil de Javi (el mío, como es tan antiguo, pues no tiene de eso), y de paso, también nos acordamos de todos los responsables de tan horrible servicio.
Al final del viaje, sólo una cosa nos quedó clara: ¡JAMÁS VOLVERÍAMOS A COGER EL TREN PARA IR A SAN SEBASTIÁN!
Con lo bien que hubiéramos ido en autobús...
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· Saw III
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