(NOTA: la foto, cogida de Internet, no corresponde a este año)
Seguimos con nuestro patrón, que para eso estamos en ferias.
El sábado por la noche fue el espectáculo pirotécnico de las fiestas de la ciudad, coincidiendo con la víspera del 24.
Este año anunciaron que los fuegos, de media hora de duración, habían costado 45 mil euros; habría juegos con el agua del Guadiana y la traca final duraría 3 minutos. Además, por primera vez, una empresa privada asumía los costes del show.
Tenía mucha ilusión este año en verlos. Hacía cinco o seis años que no los veía y guardaba un buen recuerdo de ellos. En mi periplo francés me acordaba de ellos cada vez que veía algún festejo (sobre todo el 14 de julio, que es cuando todos los galos tiran los petardos).
El caso es que siempre me parecían inferiores a los de mi ciudad, tanto en espectacularidad como duración. Sin embargo, los del 14 de julio de Angers del año pasado, fueron una grata sorpresa, con un espectáculo audiovisual utilizando el castillo y el río Maine.
Y este año tocaban los míos. Y sin embargo… me decepcionaron. O al menos en parte. Los primeros 20 minutos pensé que había retrocedido 10 años en el tiempo y estaba viendo los mismos fuegos que entonces. Nada había cambiado: mismo esquema, ritmo, figuras…
Sin embargo, la última parte ganó en intensidad, al menos. La traca final fue abrumadora. Durante unos minutos el cielo se iluminó completamente de estallidos y colores maravillando a todos los presentes. Y para rematar la faena, cientos de cohetes ensordecedores tronaron al unísono destrozando los tímpanos y sacudiendo al público con su onda expansiva. Impresionante.
En resumen, veinte minutos para olvidar y diez minutos que fueron ganando en intensidad hasta dejar boquiabierto al personal.
Esperemos que el año que viene haya más innovación. Tienen para gastarse el dinero de este año y el del siguiente.
Últimas novedades en “Golfa Sesión”…
· Shrek Tercero
El sábado por la noche fue el espectáculo pirotécnico de las fiestas de la ciudad, coincidiendo con la víspera del 24.
Este año anunciaron que los fuegos, de media hora de duración, habían costado 45 mil euros; habría juegos con el agua del Guadiana y la traca final duraría 3 minutos. Además, por primera vez, una empresa privada asumía los costes del show.
Tenía mucha ilusión este año en verlos. Hacía cinco o seis años que no los veía y guardaba un buen recuerdo de ellos. En mi periplo francés me acordaba de ellos cada vez que veía algún festejo (sobre todo el 14 de julio, que es cuando todos los galos tiran los petardos).
El caso es que siempre me parecían inferiores a los de mi ciudad, tanto en espectacularidad como duración. Sin embargo, los del 14 de julio de Angers del año pasado, fueron una grata sorpresa, con un espectáculo audiovisual utilizando el castillo y el río Maine.
Y este año tocaban los míos. Y sin embargo… me decepcionaron. O al menos en parte. Los primeros 20 minutos pensé que había retrocedido 10 años en el tiempo y estaba viendo los mismos fuegos que entonces. Nada había cambiado: mismo esquema, ritmo, figuras…
Sin embargo, la última parte ganó en intensidad, al menos. La traca final fue abrumadora. Durante unos minutos el cielo se iluminó completamente de estallidos y colores maravillando a todos los presentes. Y para rematar la faena, cientos de cohetes ensordecedores tronaron al unísono destrozando los tímpanos y sacudiendo al público con su onda expansiva. Impresionante.
En resumen, veinte minutos para olvidar y diez minutos que fueron ganando en intensidad hasta dejar boquiabierto al personal.
Esperemos que el año que viene haya más innovación. Tienen para gastarse el dinero de este año y el del siguiente.
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