miércoles, 3 de octubre de 2007

El Parque Nacional de Monfragüe


Hoy se ha ido mi hermana a Monfragüe a contar cigüeñas y buitres. Así que aprovecharé para contar el viaje que hicimos al parque allá por el mes de abril.

Monfragüe fue noticia esta primavera porque fue declarado Parque Nacional. Está situado en la provincia de Cáceres, a medio camino entre Plasencia, Trujillo y Navalmoral de la Mata. Con una superficie de casi 19 mil Ha, se extiende a lo largo del cauce del río Tajo, a la altura de la desembocadura del afluente Tiétar.




Debe su nombre a los romanos, que lo llamaban "Mons Fragorum" (monte denso). Su hábitat es típicamente mediterráneo, formado por bosques, dehesas, roquedos y masas de agua.

La fauna característica es de buitres negros (es la mayor colonia europea de estas aves), cigüeñas negras, buitres leonados, alimoches y varios tipos de águilas (imperial, real, perdicera...). A ras de suelo tenemos linces (no sólo hay linces en Doñana, que lo sepa España), nutrias, meloncillos y ciervos.

La flora está compuesta por encinas, alcornoques, jaras, madroños, enebros y escuernacabras.

Y ya realizada las presentaciones, comenzaré con mi experiencia.

No iba al parque desde los tiempo del colegio, así que nos fuimos aprovechando una excursión de la EOI. El guía sería francés, por eso de practicar el idioma, pero allí se apuntaron alumnos, parejas de alumnos e incluso hijos de alumnos.

La verdad es que ir con un guia es un lujo, porque cuando vas a los sitios, sabes perfectamente donde debes mirar y lo que debes mirar. Así, con sus potentes equipos ópticos, vimos los buitres, las cigüeñas, los alimoches e incluso polluelos de búho real.

Subimos al castillo árabe por el lado de la umbría, sorteando ramas de encinas y raíces de matorrales (foto). Tuvimos incluso la suerte de ver pasar una pareja de ciervos justo delante de nuestras narices.




Arriba pudimos contemplar la mejor vista del parque (foto). Después bajamos por el lado de la solana, donde existen unas escaleras que lo flipas.

En bus nos dirigimos al llamado Salto del Gitano, donde anidan numerosas aves con sus polluelos. Todavía no sé como no se iban volando con el bullicio que había montado allí.

Y después de eso, parada para comer, en Villarreal de San Carlos, donde está el centro de interpretación del parque y donde nos pusieron una peliculita sobre la historia y las virtudes del monumento natural.

Tras el descanso de rigor, nos montamos de nuevo en el autobús y nos llevaron al mirador de Tajadilla (foto), sede oficial de los alimoches y buitres leonados.




Y poco más dio de sí el día. Eran ya la seis de la tarde y llevábamos todo el día de arriba a abajo. Dejamos al guía en donde le recogimos y pocas conversaciones se oyeron en el autobús a la vuelta. El cansancio hizo mella.

Fuente: Wikipedia

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