Hay que tener mucha cara y muy dura para no sonrojarse al decir cosas como éstas.
Recientemente se han inaugurado en Badajoz las instalaciones deportivas del Viejo Vivero, el emblemático estadio del CD Badajoz. Ha sido una de las reivindicaciones más demandadas por colectivos y asociaciones de la zona.
Cuando Miguel Celdrán, alcalde de Badajoz, accedió al poder en 1995, llevaba como promesa electoral la construcción de esas pistas deportivas. Cuatro años más tarde, volvía a llevar esa promesa. Y también en el 2003, y en el 2007. Es decir,
15 años prometiéndonos una mentira.
Pero en esto que llega el denostado y odiado por muchos J.L Rodríguez Zapatero y le da al Ayuntamiento el dinero necesario para construir a través del Plan E (como ya hizo con la piscina municipal o el mercado de Santa Ana, casualmente,
también promesas de Celdrán). El Ayuntamiento, raudo y veloz, elabora y publica un tríptico presentando a la ciudadanía sus flamantes instalaciones, con todo lujo de detalles de sus materiales y componentes.
Pero al que elaboró la información se le olvidó mencionar un pequeñísimo detalle: Esa obra había sido producida gracias al Plan E del Gobierno Estatal. Ninguna mención a nada relacionado con el Plan, ni tan siquiera de pasada. Eso sí, el escudo del Ayuntamiento y la foto del
alcarde bien grande.
Para rematar la faena, nuestro queridísimo Miguel, en el discurso de inauguración, puso la puntilla: Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura, comentó, entre otras cosas, que esas obras habían sido posible gracias al dinero de la Administración Central; Don Miguel le replicó diciendo que no era hora de decir quien había puesto o no había puesto el dinero, sino que había que celebrar el alegre momento todos juntos.
¡Pero qué jeta más dura, Miguel Celdrán!
PS: Por cierto, las instalaciones han quedado geniales. ¡A ver cuánto duran así!
