Quizás parezca inhumano, quizás lo sea, pero no saben cuan harto estoy de oir hablar de los mineros rescatados en Chile.
Y no entiendo por qué se la da tanta cobertura a una noticia que, por desgracia, es el pan nuestro de la minería. Me parece bien que se informe del accidente y del rescate, incluso podría entender tal despliegue si fuera una mina de Asturias, con treinta familias españolas en vilo, pero ¿ustedes han visto la que están montando? Que si conexiones desde el campamento, desde el hospital, palabras de los familiares, de los rescatadores, del Presidente de la Nación, Evo Morales que se apunta al show, los sanitarios que están sorprendidos por su estado físico y mental, que si la nieta no quiere que su abuelo vuelva a la mina, etc, etc, etc.
La gente llorando, desfiles, manifestaciones, aclamaciones populares... no doy crédito a lo que veo. En el Telediario, entrevistaron a dos chilenas aquí en España superangustiadas por sus compatriotas, y yo me imaginé por un instante, trabajando en Lyon, en una entrevista para la televisión francesa por algún accidente en España de paisanos que jamás he visto. Surrealista.
La última noticia que hemos sabido es que la FIFA futbolística va a meter a uno de esos mineros en nómina para que de charlas sobre los beneficios del ejercicio físico.
Sólo en julio pasado murieron en China 50 mineros por accidentes, y nadie dijo nada. El año pasado , escuchen, ¡más de 3.200 obreros! Hace unas horas, 20 más han fallecido por un incendio en una mina de oro. Apenas oigo decir nada. Y eso que ahora están de moda las noticias sobre accidentes mineros.
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