El pasado puente de la Virgen de agosto decidimos pasarlo en Granada, aunque mi puente empezó realmente el 13, que estaba de saliente, y el 14 era fiesta en Almendralejo.
El caso es que el 13 nos dirigimos a la capital de la antigua Al-Andalus, donde nuestro amigo David serviría de anfitrión.
Llegamos el miércoles por la tarde, justo con el tiempo necesario para arreglarnos e irnos a los Jardines del Generalife donde representaban El Romancero Gitano de Lorca, en versión flamenca.
El día siguiente lo utilizamos en visitar la ciudad. Teníamos dos opciones: o ir a la Alhambra y pasar allí todo el día con sus colas; o visitar el resto de la ciudad tranquilamente y sin agobios. Como además, Prado y Alfonso (el resto del trío) ya conocían la Alhambra, nos decantamos por la segunda opción.
Así, pudimos ver la Catedral, la Gran Vía y la estatua de Colón, el monasterio de los Jerónimos, y el barrio del Realejo, donde hicimos una parada técnica para comer. Por la tarde seguimos por la plaza de Santa Ana el paseo de los tristes, el Albaicín y su mirador de San Nicolás y por último, la subida al Sacromonte (y menuda subidita).
Podría estar párrafos y párrafos hablando del encanto de esta ciudad, pero destacaré sólo tres cosas:
- La capilla del Monasterio de los Jerónimos. [foto 1]
- El mirador de San Nicolás y la Alhambra al atardecer. [foto 2]
- Las vistas de Granada en lo alto del Sacromonte. [foto 3]
Y mención aparte merecen las tapas, aunque de eso, ya hablaremos otro día...
Habrá que creer…
Hace 11 años
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