Vistas las fechas en el calendario. el lunes pasado era tiempo de vendimia.
Uno, cuando oye hablar de la vendimia, piensa en algo fatigante, casi extenuante. Sin embargo, mi experiencia personal no pudo ser más satisfactoria.
Con mi cuchillito en la mano enfilé la hilera de parras y venga a cortar racimos: uno y otro y otro... Cuando me quise dar cuenta, ya habíamos acabado.
En honor a la verdad diré que estuvimos unos cuantos cortando uva, y que tampoco había muchas vides que abordar. Tampoco yo iba muy deprisa, estudiando y repasando que no quedara ningún racimo en la viña. Así pues, puede decirse que la recolección fue agradable y amena.
Y despues de recogerla, había que transformarla, así que la tarea fue la de triturar la uva y sacar el jugo para hacer el vino.
Aunque yo, en esa última parte, hice más bien poco. Llevaba puesta la ropa de los domingos y la uva mancha mucho...
Habrá que creer…
Hace 11 años
¿Qué no cansa? Tú has visto muy pocas fincas de vides, de esas en la que los vendimiadores levantan la vista y no ven nunca el final de las hileras.
ResponderEliminarLo nuestro es de andar por casa. Y si, tu colaboración se ciñó a cortar racimos.
Tenías que haber sacado alguna foto.
La verdad es que cuando vas por la carretera de Almendralejo y ves esa clase de fincas, uno se estremece al pensar la de veces que habría que doblar la espalda ahi.
ResponderEliminarPero en mi experiencia, una vez vendimiado, una vez satisfecho, asi que éxito 100%!! :D
Las vendimias de hoy en día no se parecen en nada a las antiguas...ahora van con máquinas vendimiadoras y apenas hacen esfuerzos!
ResponderEliminar