Para ir finalizando las crónicas sobre el viaje a Turquía, hoy hablaremos de los Derviches.
Con nombre de futbolista rumano, los derviches son un grupo religioso musulmán que promueven la vida asceta "para encontrar el camino".
Existen muchas clases de derviches, que difieren en el creador de su orden, sus trajes y su ritual. El que aquí comentaremos será el "derviche mevleví".
Los mevlevís (o derviches giradores) es una orden propia de Turquía, fundada por el poeta sufí Mevlânâ en el s. XIII. Mevlâna está enterrado, junto a su familia, en Konya, que fue la ciudad que visitamos cuando hicimos el viaje desde Capadocia hasta Antalya.
Los derviches giradores se caracterizan por la Sema, que es una ceremonia de meditación, consistente en una danza de hombres acompañada por música de flauta y tambores. Los danzantes, giran sobre sí mismos con los brazos extendidos, simbolizando "la ascendencia espiritual hacía la verdad, acompañados por el amor y liberados totalmente del ego" (Wikipedia).Uno de los brazos mira al cielo y otro a la Tierra, como metáfora de la unión de Dios con los hombres.
Cercanos al sectarismo, fueron prohibidos por Atatürk en los años 20, pero debido a su potencial interés turístico, se permitieron representaciones de su danza.
A una de esas danzas acudimos una noche. Debo confesar que jamás había oído hablar de esta gente ni de su rito. Nos condujeron a un caravasar (antigua posada de la ruta de la seda), del año 1.200 llamado Saruhan.
Las consignas para el espectáculo eran: absoluto silencio, no aplaudir y no hacer fotos. La verdad es que la danza impresiona bastante. Cinco hombres girando, al compás de la música, sin mediar palabra y en absoluto silencio, mientras su cuerpo y sus hábitos se funden con las melodías.
Al decirnos la duración antes de empezar (que ya no recuerdo cuanto era), pensé que tanto tiempo viendo a unos tíos dar vueltas sería un auténtico coñazo. Pero debo reconocer mi error: el ritual se me hizo sorprendentemente corto.
Es difícil explicarlo con palabras, pero una vez que te introduces en su universo, la fascinación se apodera de ti y observas atónito esa unión entre el hombre y su Dios. Algunos dicen que para ello toman algún tipo de brebaje, para facilitar esa unión.
Y como hemos dicho, su fundador, Mevlânâ, está enterrado en Konya. Fuimos a visitar el mausoleo (foto superior), destino de peregrinación de mucha gente, y allí vimos las tumbas de él mismo, de su familia y de importantes derviches de tiempos atrás.
También había una curiosa exposición sobre la orden, con figuras de cera, donde mostraban cómo vivían y su jerarquía interna.
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