Santiago de Compostela en el año Xacobeo

Ya que estábamos en Galicia, no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitar la ciudad santa en año jubilar.

Sus calles atestadas de gente, con muchos peregrinos que llegaban a la Praza do Obradoiro exhaustos y felices por haber completado el camino.

Imponente, como siempre, su majestuosa catedral, a la cual le habían redistribuido sus accesos y salidas a los laterales y abierta la Puerta Santa. Ésta era la única forma de poder llegar a abrazar el santo y bajar al sepulcro. La cola era infinita.

Nosotros entramos por la puerta lateral, y lo que nos encontramos fue desolador. Andamios que ocupaban toda la nave central, amasijos de hierros y madera que tapaban el retablo mayor y sus laterales. Diminutos pasillos por los que deambular, y que estaban repletos de visitantes.

Tardamos poco en recorrer su interior, la verdad.

Pero lo que más nos indignó fue una idea del Arzobispado. A la entrada había un cartel  que te prohibía el acceso con mochilas y bolsas de mano.

Cuestión de seguridad en año Xacobeo, decían los vigilantes. .-"Pero puede usted dejar sus enseres en las taquillas que se encuentran en aquella puerta", te indicaban amablemente.

Lo que no decían era que la mochila grande costaba tres euros y la pequeña uno. ¡Menudo negocio! El peregrino llega emocionado a la Catedral después de trescientos, cuatrocientos o incluso mil kilómetros y le dicen que, o paga tres euros, o no puede entrar. Obviamente, cualquiera los pagaría. Además, hace el 2x1, porque la misma cola para conseguir el preciado sello vale para dejar la mochila.

El resto de la visita, lo habitual: paseo por sus calles, presencia en la fuente de los caballos y bonitas vistas desde La Alameda.  ¡Ah! ¡Y la tarta de Santiago, como manda la tradición!

Actualización (13.16h, 05.11.2010). Me chivan que la cola para conseguir la compostelana y dejar la mochila no era la misma, por lo que aparte de pagarle al Arzobispo, había que chuparte una cola extra para dejar la mochilita. Por cierto, no vean la que hay montada en Santiago contra la visita del Papa este fin de semana.