viernes, 6 de febrero de 2009

Jesucristo SuperStar: la obra (I)




Las comparaciones siempre son odiosas. Y es por ello que no debemos comparar los distintos montajes de los musicales cuando se ven, porque siempre habrá uno que saldrá perdiendo.

Es el caso de éste que nos ocupa: "Jesucristo SuperStar Gira 2008-2009" (en adelante "JC 2009"), y me he propuesto hacer las mínimas comparaciones con otras versiones, como si nunca hubiera visto el musical.

Hay obras que, solo por su calidad, ya tienen medio aplauso ganado. Tan solo hay que saber representarla y transmitirla al público.

Las obras de Sir Andrew Lloyd Webber suelen tener esa característica: son tan atractivas que parten con ventaja.

Lloyd Webber y Tim Rice crearon el musical a finales de los 70, con un enfoque moderno y atrevido, y cierto ambiente hippy sesentero de Jesús & friends.

Pero una obra no es moderna porque salgan hippys o haya guitarras eléctricas en sus canciones. Y eso no lo tienen muy claro los creadores de "JC 2009". En su intento de modernizarlo aun más, trasladan la historia al presente, y donde antes había soldados romanos con lanzas, ahora hay policías con pistolas, ametralladoras y botas de punta de acero. Algo que, personalmente no me acaba de convencer.

Pero pasemos al montaje en sí. Representado en el Teatro Lopez de Ayala (con lo limitado de su espacio), la obra no es un despliegue de decorados ni atrezzo. Pero tampoco lo necesita. Fondos y columnas para interactuar con los actores y algún que otro elemento decorativo para ubicarnos en el lugar (un olivo o una puerta).

El vestuario es de corte actual, con ropa de mercadillo ibicenco para los apóstoles y de carácter fascista para el Sanedrín y sus subordinados. Pilatos es representado como un coronel del ejército israelí.

La coreografía es muy testimonial. No es JC SuperStar un musical donde se baile (todo lo contrario a Cats, por ejemplo). Sólo en un par de números los actores se animan y danzan alrededor del protagonista.

La formación que musicaliza la función, con Xavier Torrás al frente, realiza muy bien su cometido. Aun con pocos efectivos, logra ocultar sus carencias.

La adaptación de las letras al español busca más la fidelidad con el original que la sonoridad de la rima, lo cual es de agradecer.



La iluminación juega un papel bastante importante en la función, con escenas donde solo se iluminan las caras de los actores o ciertos actores del grupo.

Los efectos de sonido y visuales están bastante conseguidos, cumpliendo su función de añadir espectacularidad a la obra.

La parte negativa la puso un micrófono, que estuvo fallando buena parte del segundo acto.

En general, una puesta en escena bastante positiva, bien realizada y que, con sus limitaciones, no defraudará al espectador, sobre todo al no iniciado en esto de los musicales.

Y mañana, los actores, que eso ya es otro cantar...




(NOTA: fotos tomadas desde la página web del musical Jesucristo SuperStar Gira 2009)

1 comentario:

  1. Me gustó el efecto de los latigazos y el truco de la iluminación para no desorientar al espectador y saber en todo momento quien cantaba.
    No me gustó la recreación de la muerte de Judas.

    ResponderEliminar